martes, 13 de mayo de 2014

Potreros Eternos



Metí las patas al barro nuevamente.
Como esa vez en que no te hice mirarme a los ojos.
Hubieses visto tantas cosas que juntas tienen sentido.
Te habrías cagado de la risa y me habrías aceptado, y yo no tendría este enojo.
Este vacío.

Yo deseaba que el amanecer nunca llegara y no mover nunca mi mano de tu espalda.
Que no se acabara la magia, que no tomaras esa micro, que ocupada que estarás mañana.
Metí las patas al barro y mis zapatillas sonaban.
Que tu autoestima te impida abrazarme como tanto yo lo deseaba.

Acuérdate de nosotros, personita imaginaria.
Oculta en los misterios que ni llegan a libros ni a las escuelas.
Escribo soluciones en ventanas para que veas, y no pases mis penas.
Para que si metes las patas al barro, de nadie comas mierda.

No hay comentarios: