Ya no puedo esperarte con la casa grande. Ni con una canción que sepa hablar de amor.
Si yo hubiese sido paciente, Habrias sabido enfrentarme. Sincera y aun con corazón.
Esclavizar su vida por migajas de cariño.
Estoy seguro de que nadie lo eligió.
Sin embargo, seguirá castigandonos.
Por cometer siempre el mismo error.
Por no poder sentir nunca un abrazo como verdadero.
Siempre en busca de alguna absolución.
De algo que calme el dolor por el momento.
De algo que traiga al frente, lo que sea que hacia mi te jaló.
En busqueda de algo verdadero.
En busqueda de todo lo que no sabe que de ti tomó.
Porque nunca jamás viste algo con tal brillo.
Porque tendría que darte en la cara si hubiera otra ocasión.
Ya no basta con apreciar lo que tenemos.
Cuando el infierno sube a vivir al corredor.
Tomó tus sueños, tomó tu alegría.
Tomó tu fuerza y tu dedicación.
Tomò parte de tu alma que nunca te devolvería.
Tomó en sus manos por miedo, la justicia de Dios.
Y contigo que, que enseñaste a amar toda tu vida.
Estoy seguro de que fué tu elección.
Y siempre seguiste siendo quien eras.
Siempre un norte, siempre un Dios.
Yo hace rato perdí la idea. Pero te puedo decir todo lo que ahora no soy.
Y soñé algo prohibido. De lo que te apena despertar.
En tu suave tono cohibido pero lleno de realidad.
Me dijiste: "Tu sabes como son las cosas, nos volveremos a encontrar."
Ojalá nos hayamos perdonado. Y esas cadenas sean libertad.
domingo, 6 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario