martes, 8 de julio de 2014

Bafoda

Es un número que vi muchas veces.
Acá de frente al público se siente diferente.
La piedra de Júpiter en mi pecho.
El mismo baile de hace media hora atrás.
¿Debería llorar esta vez si no hay nada más para llorar?

Solo la línea de mis pasos y lo ligero
que se ve mi cuerpo en cada movimiento.
Ese rimel que volvió a su lugar después de caer
al suelo.

Dos rien con mis movimientos.
Tengo todas las duchas del mundo para llorar.
Quisiera tener que haberte escuchado.
Quisiera poder haberme escuchado.
Y ahora todo es silencio.
Sólo la línea de mis pasos y lo ligero
que se rompe el sonido en cada movimiento.

En una sala vacía llena de recuerdos.
Siempre ardiendo.
En un baile que escribiste para que bailara solo.
Siempre ardiendo.
Mi reverencia respetuosa posterior al paso final.
Siempre ardiendo.

Por favor, que nadie aplauda.
Se cierran las cortinas del escenario.
Ahora si la música puede sonar.

Por favor, que nadie aplauda.
Que a nadie le importa lo que ocurra detrás.

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