Rodeado de papeles. Todos pulcramente escritos.
Todos sin nada que decir.
Atascado en lo cotidiano y lo lineal. Lo posible.
Lo mundano y provisorio.
Hasta que te sientas a mi lado y te escucho cantar.
Con voces que se alejan del oido canino.
Me dejas pensar fuera del escritorio.
Me dejas conservar esa ampolleta prendida en la noche un rato mas.
Espantar al que se lleva los hermosos sueños y los aleja de la realidad.
viernes, 30 de noviembre de 2012
martes, 27 de noviembre de 2012
Cuando nos volvamos a ver
Vi la soledad del mar. Esa que llaman inmensidad.
Me senté solo y lloré.
Me paré entre la gente. No vi ninguna sonrisa.
Me sentí solo y lloré.
Escuché esa canción. La que jamas me gustó y me pidió que tocara.
Me sentí en esa sala y lloré.
Llegaste a mi lado.
Me dijiste que te sentiste sola.
Y lloraste.
Te perdoné con un abrazo.
Te perdoné.
Cuando nos volvamos a ver... te trataré con amor.
Y cuando abri mis ojos, nadie se volvió a sentir solo.
Y la muerte llegó y la soledad mas no.
Me senté solo y lloré.
Me paré entre la gente. No vi ninguna sonrisa.
Me sentí solo y lloré.
Escuché esa canción. La que jamas me gustó y me pidió que tocara.
Me sentí en esa sala y lloré.
Llegaste a mi lado.
Me dijiste que te sentiste sola.
Y lloraste.
Te perdoné con un abrazo.
Te perdoné.
Cuando nos volvamos a ver... te trataré con amor.
Y cuando abri mis ojos, nadie se volvió a sentir solo.
Y la muerte llegó y la soledad mas no.
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