miércoles, 18 de junio de 2008

Añorando prohibidos

Uno siempre la tiene. Pero nunca te das cuenta.
Porque nunca estas seguro para decirlo a ciencia cierta.
La felicidad no viene de otra cosa. Brota del alma plena.
No quiero que me ames, seria pedirlo todo.
Solo me dejes derramar esto en tus venas.
Que sientas lo bello de dejar fluir lo que siempre te frena.
Auspiciarme un momento de alegría. Decirte que tu sonrisa es cada vez mas bella.
Siempre vale la pena levantarse.
Verte brillar mas que la luz del día.
¿Dejarías todo por una caminata con olor a romance?
Por ti. Claro.

1 comentario:

Vivian González-López dijo...

Dicen y creo que la felicidad es la suma de pequeñas partes que te hacen bien. (en realidad eso es lo que creo yo) Y si estás feliz, en el grado que sea, me alegro un montón.

Abrazos hombre

Vivi